Puede que, si comienzo nombrando a Robert Shiller, muchos de vosotros/as ya hayáis oído hablar de él, o incluso habráis leído alguno de sus libros, fruto de una prolífica carrera académica, en la que también destacan sus logros como divulgador.
Actualmente es profesor en la Universidad de Yale, perteneciente a la Ivy League americana.
Tal es su mérito, que Shiller fue merecedor del Premio Nobel de Economía en el año 2013, además de ser considerado uno de los economistas más influyentes del mundo.
Y es que, a lo largo de su carrera, se le ha reconocido por evidenciar burbujas como la de las punto.com a comienzos del presente milenio. Y años más tarde, la burbuja inmobiliaria y la de las hipotecas subprime en Estados Unidos, que tanto tuvo que ver en la gran Crisis Financiera global de 2008, (de la que ahora ya no hablamos tanto a causa de la crisis sanitaria y económica que nos ocupa, pero de la que aún quedan y quedarán vestigios), etc., ganándose su reputación.
Como habéis podido comprobar, era de rigor que dedicase unas líneas a resaltar la meritocracia de Robert Shiller antes de sumergirnos de lleno en el espectro de los indicadores de confianza del inversor.
Crash Confidence Index
En el mundo económico y financiero, es muy usual hablar de diferentes indicadores que nos muestran la evolución de variables de interés para realizar análisis financieros y, por ende, tomar decisiones (indicadores de consumo, de oferta, de precios, de confianza del consumidor, del empresario, …).
El Crash Confidence Index, construido por Shiller entre otros indicadores de confianza en el mercado bursátil, muestra cuántos inversores consideran que la probabilidad de una caída catastrófica del mercado en los EE.UU. en los próximos seis meses es inferior al 10%.
En lo que va de año, se ha desplomado el número de inversores alineados en la creencia con esa probabilidad, alcanzando un mínimo histórico el pasado mes de agosto, cuando tan solo el 13% de los inversores encuestados declararon tener ese nivel de confianza en el mercado.
Lo que quiere decir que una abrumadora mayoría de inversores considera que hay una probabilidad superior al 10 por ciento de un colapso bursátil inminente, un notable indicador de preocupación por los mercados.
¿Crush bursátil?
La baja confianza del inversor, unido a los altos precios de las acciones norteamericanas, son las principales causas del aumento en el riesgo de crash bursátil.
Como es natural, os preguntaréis cuáles son las razones por las que se ha generado este temor.
La más evidente, es la incertidumbre sembrada por la pandemia de coronavirus y los graves efectos que está dejando con su permanencia y, sin duda, las elecciones a la Casa Blanca.
Cabe señalar que los comicios suelen ser muy seguidos por los mercados y se miran con lupa por los inversores, máxime en las presentes elecciones. El debate sobre si las elecciones y el color del presidente electo afectan a la evolución de la bolsa es permanente, lo que desemboca en la producción de numerosos estudios al respecto.
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Valuation Confidence Index
Para más inri, Shiller además apunta que otro de sus índices, el Valuation Confidence Index, también se encuentra en niveles mínimos.
Esto va en línea con la interpretación de que muchos inversores consideran que el mercado está cotizando demasiado caro, asimilando cómo se encuentran los mercados ahora a como se encontraban antes de la Gran Depresión de los años 30 y la crisis de las punto.com.
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Tras arrojarse estos resultados, Shiller recomienda no estar sobreexpuestos en acciones, y diversificar entre diferentes clases de activos, aunque matiza la interpretación que arrojan los datos: no necesariamente implican que vaya a darse un crash bursátil, pero sí que el riesgo de que ocurra ha subido y es relativamente alto, por lo que debemos mantener la cautela y tomar conciencia.
Schiller añade que una nueva dinámica desestabilizadora podría servir de catalizador y darle la puntilla a la peligrosa conjunción de factores expuestos.
Y es que, la economía es una ciencia social, movida por fuerzas sociológicas, por una psicología masiva fácilmente contagiable en una combinación de efecto manada y miope. Sabemos que los mercados son vulnerables a estos fenómenos.
“Nadie conoce el futuro -concluyó Shiller al hilo de la presentación de estos resultados, – pero dada la falta general de confianza de los inversores en medio de una pandemia y una polarización política, existe la posibilidad de que florezca una profecía negativa y autocumplida”.
A la hora de seguir los mercados y en el intento de forjar una criticidad y ampliar lo máximo posible nuestra visión, considero importante tener en mente diferentes opiniones, análisis, comparativas, índices y, sobre todo, permanecer cerca de la realidad económica y social.
Eso incluye no perder de vista indicadores como éste.