Introducción y perspectiva histórica
En España, el mercado laboral siempre ha sido una de las grandes preocupaciones para el conjunto de los ciudadanos. Desde 1980, la tasa de desempleo nunca ha caído por debajo del 8%. De hecho, España siempre ha liderado junto con Grecia uno de los mayores índices de tasa de desempleo de la eurozona, siendo su punto más álgido en 2013. En dicho año, hubo casi 6 millones de parados, una tasa de desempleo cercana al 26%. Además, es el paro juvenil el que cobra una mayor relevancia en el drama, ya que lideremos con un abrumador 40% de desempleo en aquellos menores de 25 años.
En este artículo analizaremos las causas y consecuencias socioeconómicas que esto genera para los españoles, evaluando las políticas y regulaciones que se han llevado a cabo, así como los efectos que la crisis del COVID-19 ha tenido sobre el mercado laboral. Posteriormente, detallaremos una clara comparativa entre algunas economías que presentan unas cifras sustancialmente mejores que las de España y para concluir ofreceremos al lector posibles soluciones que nosotros tomaríamos para un problema que lleva latente más de 40 años en este país.
Regulaciones economico-juridico-politicas
El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de 2021 es de 950€ mensuales por catorce pagas, 13.300€ anuales, manteniendo así el importe de 2020 y 50€ mensuales superiores al SMI de 2019, el cual fue resultado del mayor incremento anual (22.29%) del salario mínimo realizado en España. La subida de 2019, al contrario de lo esperado, no solo no hizo bajar la tasa de actividad en los menores de 25 años, sino que hizo que subiera y no solo en contratos temporales (3%), sino que también hubo un aumento elevado en contratación indefinida (11%).
A pesar de la derogación de una gran parte de la regulación estatal sobre incentivos de contratación juvenil a inicios de 2019, aún las empresas nacionales de menos de 250 trabajadores pueden contar con una bonificación en las cuotas sociales del 100% al contratar menores de 25 años inscritos como demandantes de empleo por la duración del contrato y las empresas de más de 250 empleados obtendrán una bonificación del 75% de las cuotas.
En cuanto a conversiones de contratos “En Prácticas” a “Indefinidos”, también existe una bonificación para las empresas de menos de 50 trabajadores, con unas cuantías anuales por cada conversión de 700€ en el caso de mujeres y 500€ en el caso de los hombres.
Por otro lado, las CC. AA. sí que publican una mayor cantidad de ayudas para fomentar el empleo juvenil, como pueden ser el caso de la Comunidad de Madrid con la ayuda “Mi Primer Empleo” que otorga un importe 6000€ por la contratación mínima de 6 meses de menores de 30 años en situación de desempleo de larga duración o carezcan de experiencia laboral previa, y además se otorgará un importe adicional de 3000€ si al finalizar los 6 meses se convierte en contrato indefinido.
Actualmente, nos encontramos en una gran disputa entre los partidos del Congreso que enfrentan una mayor flexibilidad empresarial frente a mayores derechos laborales. Algunas de estas propuestas son, la implementación gradual de la Mochila Austriaca en lugar del despido, considerado por PP, PSOE y Ciudadanos. VOX propone exonerar las cargas sociales para la primera contratación de menores de 24 años. Podemos y PSOE consideran realizar un nuevo Estatuto de los Trabajadores de manera que favorezca la estabilidad con una mayor normalización de contratos indefinidos y creando un único tipo de contrato temporal con una duración máxima de un mes y medio y sin posibilidad de concatenar. Por último, Más País junto a Compromís han realizado la propuesta de una jornada semanal rebajando de las 40 horas actuales a una de 32 horas. Europa en general y España en particular está inmersa en un periodo de muchos cambios a nivel político, el auge de los nacionalismos y los extremismos ideológicos ha provocado que los gobiernos estén formados por coaliciones que en ocasiones no tienen el mismo punto de vista en el apartado económico.
Efectos de la crisis del 2020
Los sectores más afectados por la actual crisis fueron aquellos en los que la posibilidad de realizar tareas en remoto es muy limitada, es decir, la hostelería, la construcción y las actividades artísticas y administrativas. Demográficamente, la crisis afecta en mayor medida a los jóvenes, pero también a ancianos y extranjeros.
Lamentablemente, la situación previa en España no ha permitido tener margen de maniobra, vivía una estancada recuperación económica a la que se le añade una enorme deuda pública que representa en el año 2020 el 117% del PIB. Aunque las perspectivas no son buenas, España va a estar a la cabeza de la recuperación económica en Europa. La OCDE ha sido el último organismo internacional en presentar sus previsiones con una mejora de las expectativas de crecimiento y es que el PIB de España avanzará un 5,7% en 2021, solo superado por Francia en la zona euro, y un 4,8% en 2022, liderando el rebote. Aun así, los niveles de desempleo se mantendrán sobre el 16%. Un sondeo elaborado por CEPYME ha revelado que el 52% de las empresas prevé recortar empleo durante el año 2021 como consecuencia de la covid-19, siendo las pymes las que más sufrirán perdiendo cuatro de cada cinco empleos que destruye la crisis del coronavirus.
Comparación con países de Europa y Estados Unidos.
España fue catalogada junto con otros países como los PIGS, un acrónimo que se usó para denominar a los países de la Eurozona (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España) que sufrieron con severidad la crisis de deuda soberana de 2011. En el siguiente gráfico podemos observar una comparativa del desempleo de los PIIGS, USA y la media de la EU (Contando con UK). Como podemos observar, el desempleo en España está desde el 2006 muy lejos de la media europea y a una mayor distancia de los Estados Unidos.
A pesar de haber tenido una mejora significativa, muestra signos de ser un problema estructural más que situacional. Es llamativa la diferencia entre España y Portugal. Ambos países tuvieron una tasa de desempleo igual en el año 2006 (Portugal con 8,86% y España con 8,45%). Los dos países han partido de situaciones muy similares, pero han aplicado políticas completamente diferentes para afrontar estos años, lo cual ha llevado a Portugal a encontrarse en la media de la EU y a haber salido del año 2020 con un desempleo del 7% frente al 15,5% de España. El éxito de el país luso se debió en gran medida a las reformas liberales aplicadas durante los años del rescate a través de reformas estructurales, sobre todo en el mercado laboral y en el sistema fiscal.
Posibles soluciones para el mercado laboral español
Nuestra primera propuesta sería flexibilizar el mercado español ¿Cómo podemos flexibilizarlo?:
En primer lugar, debemos de reducir drásticamente los impuestos a la contratación de los trabajadores para bajar el costo de los empresarios e incentivarlos a contratar.
En segundo lugar, igual que existe la libertad de contratación, también debería de existir su contrapartida lógica, que es el mismo grado de libertad para la ruptura unilateral de esa contratación. Es decir, reducir el coste al despido para que haya mayor flexibilidad dentro del mercado de trabajo.
En tercer lugar, plantear un contrato único en el que se reduzca la brecha de protección entre los diferentes trabajadores, ya que los contratos actuales favorecen a aquellos con más experiencia y hace muy difícil disminuir el paro juvenil.
Por último, las prestaciones de desempleo y despido deben estar unidas a un sistema de capitalización individual.
La segunda propuesta consiste en una reforma del sistema educativo, que acerque la formación a la realidad laboral mediante la práctica. La Formación Profesional es un buen ejemplo de ello, por tanto, creemos en calcar el modelo tanto en las universidades como en los institutos. Para ello hace falta una reforma de todo el sistema educativo, moviendo horas de teoría hacia una práctica enfocada al mundo real y sus demandas.
Nuestra tercera propuesta consiste en implantar la llamada mochila austriaca. La mochila austriaca consiste en un fondo asociado a cada trabajador en el que la empresa deposita una cantidad de forma periódica (normalmente un porcentaje del salario, qué en Austria, su país de origen ronda el 1,5 %). Este fondo formará parte de su indemnización por despido o como prestación tras la jubilación.
Por último, proponemos una reforma drástica del INEM como de los servicios y agencias de empleo de las comunidades autónomas, ya que en la actualidad son totalmente ineficaces y están demasiado burocratizadas.
Hasta aquí nuestro análisis, muchas gracias por leernos y esperamos vuestra opinión al respecto.
Autores
José Galdámez Fernández-Villacañas – Vicepresidente de Empresa de BIC
Fernando González Ramos – Tesorero de BIC
Llorenç Planells Anderson – Socio de BIC
Pedro Arteaga Molina – Miembro de BIC
Alejandro Muñoz – Miembro de BIC
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